La cena de Navidad es un momento de compartir y alegría, en el que los seres queridos se reúnen para celebrar el amor y la generosidad. Antes de saborear los platos cuidadosamente preparados, dedicar un momento a reflexionar en la oración ayuda a situar este acontecimiento bajo el signo de la gratitud y la bendición. He aquí una oración detallada y extensa para acompañar este precioso momento de comunión familiar.
Acción de gracias y bendición para la comida de Navidad
Poderoso e infinitamente bueno Señor,
En este día de fiesta en que celebramos el nacimiento de tu Hijo,
Nos presentamos ante ti con el corazón lleno de gratitud.
Te damos gracias por este momento único,
Por el calor de nuestras familias unidas,
Y por las maravillas que has obrado en nuestras vidas.
Gracias, Señor, por esta mesa abundantemente puesta,
Por las manos que con amor han preparado esta comida,
Y por la alegría de estar juntos en paz y unidad.
Haz de este banquete un símbolo de tu generosidad,
Y enséñanos a compartir con los necesitados.
Te encomendamos, Señor, a los que esta noche no tienen mesa donde sentarse,
A los que sufren soledad o hambre,
Y a los que atraviesan pruebas.
Dales fuerza y esperanza,
Y haznos instrumentos de tu paz.
Bendice, Señor, este alimento que vamos a recibir.
Que sea para nosotros fuente de fuerza y consuelo,
Y que alimente no sólo nuestros cuerpos,
Sino también nuestras almas, en gratitud por tus bendiciones.
También rezamos por nuestros ausentes,
Aquellos a quienes echamos de menos y llevamos en el corazón.
Que sientan, dondequiera que estén, el amor y la luz de la Navidad.
Señor, enséñanos a ver en cada plato,
En cada sonrisa que intercambiamos alrededor de esta mesa,
Y en cada momento que pasamos juntos,
Un reflejo de tu infinito amor.
Por último, mientras compartimos esta comida,
Ayúdanos a cultivar la paz, la humildad y la fraternidad,
Para que en este día sagrado, tu mensaje de amor
Ilumine cada rincón de nuestras vidas.
Con alegría navideña y profunda fe,
Te alabamos y te damos gracias.
Amén.
Esta oración antes de la cena de Navidad es un momento precioso para reunir los corazones y elevar nuestros pensamientos a lo divino. Al dar gracias por las bendiciones recibidas, honramos el significado espiritual de la Navidad y compartimos en familia una sentida comunión. Tómate tu tiempo para saborear este momento, no sólo por la comida, sino por los lazos que te unen. Feliz Navidad, bajo la mirada benévola de Dios.