La Presentación de Jesús en el Templo es un acontecimiento de gran importancia en la vida de Cristo, relatado en el Evangelio según San Lucas (Lc 2, 22-40). Marca tanto el cumplimiento de la Ley judía como la revelación del papel mesiánico de Jesús. Pero, ¿por qué tuvo lugar este episodio? ¿Cuál es su significado espiritual y teológico? En este detallado texto, exploraremos las razones por las que Jesús fue presentado en el Templo, analizando los aspectos religiosos, proféticos y simbólicos de este acontecimiento.
Por qué Jesús fue presentado en el Templo.
Una obligación de la Ley de Moisés
Las prescripciones de la Ley judía
En la tradición judía, dos leyes importantes se refieren a los primogénitos varones y a la purificación de las madres después del parto:
La consagración de los primogénitos
Según Éxodo 13:2: "Todo primogénito será consagrado al Señor."
Esto recordaba la liberación de Israel de Egipto, cuando Dios perdonó a los primogénitos de los hebreos.
El ritual de purificación de la madre
Después del parto, una mujer era considerada impura durante 40 días si había dado a luz a un varón (Lev 12:1-8).
Entonces debía ofrecer un sacrificio en el Templo: un cordero y una paloma o, si era pobre, dos tórtolas.
María y José cumplen la Ley
María y José, a pesar de saber que Jesús es el Hijo de Dios, respetan la Ley y cumplen estos ritos.
Presentan a Jesús al Templo para que sea consagrado oficialmente al Señor.
María, aunque libre de pecado y, por tanto, de toda impureza, sigue, sin embargo, la costumbre del ritual de purificación.
Este gesto muestra la humildad y obediencia de la Sagrada Familia ante la voluntad divina.
Un encuentro profético: Simeón y Ana
Simeón reconoce a Jesús como el Mesías
En el Templo, un anciano, Simeón, recibe a Jesús en brazos y pronuncia palabras inspiradas:
"Ahora, oh soberano Maestro, puedes dejar ir en paz a tu siervo, conforme a tu palabra,
Pues mis ojos han visto tu salvación,
La que has preparado a la vista de todos los pueblos,
Una luz para iluminar a las naciones,
Y la gloria de Israel, tu pueblo." (Lc 2,29-32)
Simeón proclama que Jesús es el Salvador esperado. Este pasaje subraya que Jesús no ha venido sólo para Israel, sino para todas las naciones.
El anuncio de la Pasión
Simeón dice entonces a María:
"He aquí que este niño hará caer y levantarse a muchos en Israel.
Será signo de contradicción -y a ti, tu alma te atravesará con una espada-
para que se revelen los pensamientos más íntimos de muchos corazones." (Lc 2,34-35)
Anuncia que Jesús será signo de división, aceptado por unos y rechazado por otros.
Profetiza también el dolor de María al presenciar la Pasión de su Hijo.
Anne, la profetisa, da testimonio de la salvación
Una anciana, Anne, viuda que vive en el Templo, alaba a Dios y habla de Jesús a quienes esperan la liberación de Israel. Ella confirma la misión mesiánica de Cristo.
Una revelación teológica y espiritual
Jesús, el verdadero Primogénito consagrado a Dios
En la Ley judía, los primogénitos estaban consagrados a Dios, pero tenían que ser redimidos. Ahora, Jesús no será "redimido" por una ofrenda, pues pertenece plenamente a Dios y es Él mismo el Salvador del mundo.
Jesús, Luz de las naciones
Una de las grandes revelaciones de este acontecimiento es que Jesús es la Luz que ilumina a todos los pueblos, no sólo a Israel.
Por eso la fiesta de la Presentación se llama también de la Candelaria, la fiesta de las velas que simbolizan la luz de Cristo.
El anuncio del sacrificio de Cristo
Simeón anuncia que Jesús será signo de contradicción, es decir, que su mensaje será divisivo. Este anuncio es una alusión inicial a su Pasión y Cruz.
Fiesta celebrada en la tradición cristiana
Chandeleur: fiesta de la Luz
El 2 de febrero, la Iglesia celebra la Presentación de Jesús bajo el nombre de Chandeleur (festa candelarum, "fiesta de las velas").
Se bendicen las velas para recordar que Jesús es la Luz del mundo.
Esta fiesta marca también el final del ciclo litúrgico de la Navidad.
Un vínculo con María y la Cruz
Esta fiesta es a la vez una fiesta mariana, pues destaca el papel de María al ofrecer a su Hijo a Dios,
y una fiesta cristológica, pues anuncia ya la Pasión de Cristo.
¿Por qué es importante este acontecimiento para nosotros hoy?
Un modelo de obediencia y humildad
María y José nos muestran que ser fieles a Dios implica obedecer con confianza, incluso cuando no lo entendemos todo.
Reconocer a Jesús como Luz de nuestras vidas
Simeón y Ana nos invitan a acoger a Jesús como Salvador y a dejar que ilumine nuestros corazones.
Aceptar la cruz para alcanzar la luz
La profecía de Simeón nos recuerda que seguir a Jesús a veces implica pruebas, pero éstas nos conducen a la verdadera luz.
Conclusión
Jesús fue presentado en el Templo de acuerdo con la ley judía, pero este acontecimiento tiene un significado mucho mayor. Marca su reconocimiento como Mesías, Luz de las naciones y Salvador del mundo.
A través de las palabras de Simeón y Ana, comprendemos que Jesús viene a cumplir las promesas de Dios, pero también que será rechazado por algunos y causará sufrimiento a María.
Este episodio nos invita a acoger a Cristo en nuestras vidas, a caminar en su luz y a perseverar en la fe, incluso en medio de las pruebas.