Crecer en la fe no consiste en alcanzar una perfección lejana. Es avanzar paso a paso, con nuestras fuerzas y fragilidades, eligiendo cada día confiar en Dios. Significa aprender a escucharle, a apoyarnos en Él, a vivir en conexión con su Palabra en los gestos cotidianos más sencillos. A veces nuestra fe parece sólida. Otras veces, vacila, duda, busca. Y eso es normal. La fe está viva, se construye con el tiempo, a través de las pruebas, las alegrías, los silencios y los nuevos comienzos.
Aquí tienes cinco versículos bíblicos que pueden alimentar tu fe con el paso de los días, como una luz fiel en el camino.
La fe es un camino de fe.
La fe viene del oír - Romanos 10:17
"Así que la fe viene del oír, y el oír, de la palabra de Cristo"
La fe no nace por casualidad. Nace de un encuentro, de la escucha, de un corazón abierto a la palabra de Dios. Leer la Biblia, aunque sea unas líneas al día, es sembrar algo vivo dentro de ti. Cuanto más te dejas tocar por la Palabra, más se desarrolla tu fe, naturalmente, sin ningún esfuerzo forzado. Es un vínculo que hay que alimentar cada día.
Avanzar sin verlo todo - 2 Corintios 5:7
"Porque por fe andamos, no por vista"
Hay días en que todo parece claro, y otros en que avanzamos entre brumas. Este versículo nos recuerda que la fe no consiste en tener todas las respuestas, sino en seguir caminando. Significa creer que Dios está ahí, incluso cuando no podemos verlo. Es una opción de confianza, un caminar interior enraizado en la esperanza.
Pidiendo a Dios que crezca nuestra fe - Lucas 17:5
"Los apóstoles dijeron al Señor: 'Auméntanos la fe'"
Incluso los apóstoles, cercanos a Jesús, sentían la necesidad de tener una fe más fuerte. Este versículo es una oración que podemos hacer nuestra cada día. Pedir a Dios que haga crecer nuestra fe, que la ilumine, que la fortalezca. Él nunca nos reprocha nuestros defectos: los acoge y los transforma, si se los confiamos.
Vivir nuestra fe en el amor - Gálatas 5:6
"Lo que vale es la fe que obra por el amor"
La fe no es una idea abstracta. Se encarna en nuestra manera de amar, de servir, de perdonar, de estar presentes a los demás. Este versículo nos recuerda que la fe no se demuestra con palabras, sino con hechos, por la calidad de nuestra relación con Dios y con los que nos rodean. Es en el amor cotidiano donde nuestra fe se hace real.
Confiando en que Dios completará su obra - Filipenses 1:6
"Confío en que el que comenzó en vosotros esta buena obra, la perfeccionará para el día de Jesucristo"
Este último versículo es una promesa tranquilizadora. Dios no nos deja solos en nuestro camino. Es él quien comenzó la obra de la fe en nosotros, y es él quien la hará crecer hasta el final. Aunque caigamos, aunque dudemos, Él sigue obrando en nosotros. Él nunca abandona lo que ha comenzado.
Conclusión
Crecer en la fe cada día es un camino humilde y vivo. No se trata de llegar a ser perfectos, sino de permanecer fieles, abiertos y confiados. Estos versículos pueden convertirse en puntos de referencia, alientos para seguir avanzando. Porque Dios no busca héroes, sino corazones disponibles. Y a esos, les da su luz día tras día.