Señor Todopoderoso,
Tú que eres la fuente de toda vida y amor,
Nos has creado a tu imagen, llamados a ser testigos de tu reino,
Un reino de paz, justicia y unidad.
Hoy venimos ante ti, humildes y confiados,
Llevando en nuestro corazón el deseo de una Iglesia unida,
Reunida en tu verdad y en tu amor infinito.
Señor Jesucristo,
Tú que oraste para que todos tus discípulos fueran uno,
Como tú y el Padre sois uno,
Te pedimos perdón por nuestras divisiones,
Por los muros que hemos levantado entre nosotros por orgullo, ignorancia o indiferencia.
Tú que has tendido la mano a los marginados, has perdonado a los pecadores y has acogido a los extranjeros,
Ayúdanos a tender la mano a nuestros hermanos y hermanas en la fe,
Aun cuando nuestros caminos parezcan divergentes.
Haznos artífices de paz,
Construye puentes entre las Iglesias y las comunidades cristianas.
Espíritu Santo, aliento de vida,
Tú que nos unes en una sola fe,
Ven a iluminar nuestras mentes y a calentar nuestros corazones.
Inspíranos con palabras de reconciliación y gestos de fraternidad.
Ayúdanos a superar nuestras diferencias doctrinales,
A buscar lo que nos une en lugar de lo que nos separa.
Haznos atentos a la riqueza y belleza de las tradiciones de otras confesiones,
Para que veamos en ellas un reflejo de tu gloria.
Dios de luz y esperanza,
Danos el valor de caminar juntos,
Aun cuando el camino parezca difícil o incierto.
Ayúdanos a reconocer que, a pesar de nuestras diferencias,
Todos estamos unidos por nuestro bautismo en ti,
Miembros de un solo cuerpo, llamados a servirte a ti y al mundo.
Aprédenos a vivir la unidad en la diversidad,
A ver en nuestras diferencias los dones que nos has confiado,
Para enriquecer tu Iglesia y hacer brillar tu luz en el mundo.
Señor, haznos testigos creíbles de tu Evangelio.
Que nuestro amor mutuo sea un signo para el mundo,
Un testimonio de tu presencia entre nosotros.
Ayúdanos a trabajar juntos por la justicia,
Para llegar a los pobres, oprimidos y marginados,
Para proteger tu creación y promover la paz.
Que tu Espíritu guíe a nuestras iglesias en su misión común,
Para que juntos podamos proclamar tu gloria
Y proclamar la Buena Nueva a todas las naciones.
Padre Eterno,
Te confiamos nuestra oración con fe y esperanza.
Sabemos que, por tu gracia, la unidad es posible,
Pues nada hay imposible para ti,
Tú que haces nuevas todas las cosas.
Te damos gracias por los progresos ya realizados en el camino hacia la unidad,
Por los diálogos entre las Iglesias,
Por los gestos de amistad y reconciliación.
Continúa tu obra en nosotros y entre nosotros, Señor,
Hasta el día en que todos podamos, con una sola voz,
Alabarte, glorificarte y servirte,
En perfecta y eterna unidad.
Amén.