Señor Dios, fuente de vida y misericordia infinita,
En este día en que nuestro pensamiento se dirige a los que nos han dejado,
Nos presentamos ante ti, llenos de amor y gratitud por sus vidas.
Por nuestros parientes, nuestros amigos y todos los que nos han precedido,
Te encomendamos sus almas, Señor, y te pedimos que los acojas en tu luz.
Ellos han compartido con nosotros alegrías, ternura y recuerdos preciosos,
Dales el descanso eterno en tu paz divina.
Señor de misericordia, te pedimos también por los que aún sufren en el purgatorio.
Que nuestro amor, nuestras oraciones y nuestras buenas obras alivien su dolor,
Y los guíes hacia ti, en el esplendor de tu bondadosa presencia.
Recuerda a las almas olvidadas, a las que ya nadie nombra,
Almas abandonadas que vagan en silencio y esperan una oración.
Que tu gracia caiga sobre ellas, Señor, pues también son tus hijos,
Y que, por tu misericordia, conozcan la plenitud de tu amor.
Señor, ayúdanos a honrar la memoria de nuestros difuntos viviendo según tu voluntad,
Esparciendo bondad, amor y compasión a nuestro alrededor.
Haznos portadores de luz y esperanza,
Recordando a los que amamos y descansan en ti.
En unión con todos los santos y todos los ángeles,
Alzamos nuestras voces y nuestros corazones hacia ti,
Esperando que, cuando llegue el día, estemos unidos a ellos por la eternidad,
En la alegría y la paz de tu Reino celestial.
Señor, a ti confiamos a los que lloramos,
Que encuentren en ti el descanso eterno y que brille para ellos una luz sin fin.
Llévatelos cerca de nosotros, en la dulce comunión del amor,
Hasta el día en que nos volvamos a encontrar en la bendita eternidad.
Amén.