La Navidad es una época especial para las familias cristianas, no sólo para celebrar el nacimiento de Jesucristo, sino también para transmitir a los niños los valores esenciales de la fe. A través de historias bíblicas, tradiciones y actos de compartir, la Navidad se convierte en una oportunidad única para enseñar el amor, la generosidad, la humildad y la paz. Este artículo explora los principales valores cristianos que hay que inculcar a los niños en Navidad, así como formas prácticas de vivirlos en familia.

Cómo vivir la Navidad en familia.

El amor: en el corazón del mensaje navideño

El amor de Dios por la humanidad:

La Navidad recuerda el don supremo del amor de Dios: el envío de su Hijo único, Jesucristo, para salvar a la humanidad. Este acto de amor incondicional es el fundamento de la fe cristiana y un mensaje universal para transmitir a los hijos.

"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna." (Juan 3:16) Los padres pueden explicar a los niños que el amor de Dios es un ejemplo a seguir, amando a los demás como Jesús nos ama a nosotros.

Amor al prójimo:

La Navidad es también una invitación a amar al prójimo, especialmente a los más vulnerables. Los niños pueden aprender a expresar este amor con gestos sencillos: ayudando a un compañero, estando atentos a las necesidades de un hermano o mostrando gratitud hacia sus seres queridos.

Generosidad: dar con un corazón sincero

Dar a imagen de los Reyes Magos:

En la historia de la Natividad, los Reyes Magos ofrecen regalos al Niño Jesús: oro, incienso y mirra. Estos gestos simbólicos muestran la importancia de dar, no por obligación, sino con sinceridad y devoción. Los padres pueden animar a sus hijos a reflexionar sobre el significado de dar: no es el valor material lo que cuenta, sino la intención que hay detrás del acto.

Generosidad hacia los necesitados:

La Navidad es un momento ideal para concienciar a los niños sobre la pobreza y la importancia de compartir con los que menos tienen. Las familias pueden participar juntas en acciones solidarias: donar juguetes o ropa a asociaciones, preparar comidas para personas aisladas o sin hogar, visitar a vecinos ancianos o enfermos.

Estos gestos enseñan a los niños que la generosidad es una expresión concreta del amor cristiano.

Humildad: aprender a reconocer lo esencial

La humildad del nacimiento de Jesús: 

Jesús nació en un humilde establo, lejos de palacios y riquezas. Este contexto nos recuerda que la verdadera grandeza no reside en el poder o la posesión, sino en la sencillez y el amor. Los niños pueden aprender a valorar las cosas sencillas de la vida: la familia, los momentos compartidos y la gratitud por las bendiciones recibidas.

Vivir la Navidad sin excesos:

En una sociedad marcada a menudo por el consumismo, es importante enseñar a los niños a no buscar tener siempre más. La Navidad puede vivirse como un tiempo de sencillez, centrado en las relaciones humanas y las experiencias significativas.

La paz: una llamada a la reconciliación

El mensaje navideño de paz:

Los ángeles anuncian el nacimiento de Jesús con este mensaje: "Paz en la tierra al pueblo que ama." (Lucas 2:14) Los padres pueden explicar que la Navidad es una oportunidad para tender puentes y reconstruir relaciones, dentro y fuera de la familia.

Aprender a perdonar: Se puede animar a los niños a perdonar las discusiones o los malentendidos. Esto puede empezar con gestos sencillos: pedir perdón a un hermano o hermana después de una discusión, expresar gratitud por un esfuerzo o un regalo, participar en momentos familiares de reconciliación.

Fe: fortalecer la relación con Dios

Descubrir la Natividad:  Contar a los niños la historia de la Natividad es una forma poderosa de introducirles en la fe cristiana. Los padres pueden leer los pasajes bíblicos de Mateo y Lucas, mientras explican su significado.

Experimentar rituales en familia:Las oraciones, las bendiciones del belén o los villancicos son oportunidades para fortalecer la fe en familia. Los niños pueden participar activamente en estos rituales, recitando oraciones o desempeñando un papel en un belén viviente.

Esperanza: creer en un futuro mejor

Jesús, fuente de esperanza:El nacimiento de Jesús es un mensaje de esperanza para la humanidad. Los padres pueden explicar a los niños que, incluso en tiempos difíciles, la fe en Dios puede traer luz y consuelo.

Cultivar la esperanza en la vida cotidiana: Se puede animar a los niños a ver lo positivo que les rodea y a ser portadores de esperanza para los demás, apoyando a un amigo en dificultades o expresando gratitud

Consejos prácticos para transmitir los valores cristianos

Crea un belén en familia: Implicar a los niños en el montaje del belén es una forma divertida y espiritual de explicarles la historia de la Navidad.

Lectura de libros bíblicos adaptados: Las historias bíblicas infantiles ilustradas pueden hacer las narraciones más accesibles y cautivadoras.

Involucra a los niños en actos de generosidad: Invitarles a elegir un juguete para regalar o participar en una campaña de donación les ayuda a integrar el valor de compartir.

Organiza momentos de oración: Dedica un tiempo diario a rezar en familia, agradeciendo a Dios sus bendiciones y rezando por los demás.

Cantar villancicos: Los villancicos pueden ser una forma alegre de celebrar el nacimiento de Jesús a la vez que transmiten mensajes espirituales.

La Navidad es un tiempo especial para transmitir a los niños los valores fundamentales de la fe cristiana: el amor, la generosidad, la humildad, la paz, la fe y la esperanza.